Empiezo a escribir porque la hoja está vacía y mi mano acaricia instintivamente el bolígrafo. Casi sin querer hacerlo, dejo que las palabras se dibujen como quien dice vi luz y subí. Podría dejar de decir estas cosas, sencillamente reposar el bolígrafo sobre el escritorio y cerrar el cuaderno. Podría ser aún más radical y arrancar esta hoja, matarla en mil trozitos de nada y encerrarla en el olvido de la papelera. Podría. Pero alguien vive en mí y quiere gritar en tinta azul. Si fuera Henrique Fialho algo visceral, un grito depresivamente desgarrador saldría en frases perfectamente construídas. Pero no soy portuguesa y palabras como alentejo no tienen cabida en mis escritos. Nostalgia es lo que siento. Nostalgia de esa que fui en mis anhelos. Pero soy ésta que soy. Escribo porque no tengo fuerzas para hacer otra cosa. Dejaré de escribir porque sí.
viernes, marzo 26, 2010
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2 comentarios:
Me alegro de que hayas acariciado el bolígrafo Sol, de que hayas subido guiada por la luz, y que la papelera no haya sido la opción elegida. Y me alegro porque te ha quedado un post precioso, de una gran sensibilidad y muy espontáneo.
Un abrazo
Tu comentario me alegra mucho Hit. En este preciso momento me dibuja una enorme sonrisa en el rostro. Gracias por estar.
Te devuelvo el abrazo con otro abrazo
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