jueves, octubre 14, 2010

Obsesivamente

Al salir del trabajo me encontré con Andrea. Ella estaba fascinada con un grupo de jazz nuevo que había encontrado. El tiempo que estuvimos hablando, durante el trayecto de la salida a la parada de ómnibus, no dejaba de gesticular y hablar sobre lo extraordinario de la música que encontró. 

Lo extraordinario, en realidad, era darme cuenta que yo también sentía esa fascinación por la música, que cada vez que encontraba algo que cuajara perfectamente con mi estado de espíritu, la escuchaba durante horas y días enteros hasta que las melodías volvían a mi memoria autonomamente, como una agradable y permanente compañía sonora. 

Es una forma muy obsesiva de vivir la música, lo reconozco, pero yo vivo todo obsesivamente. Lo único que lamento es no recordar el nombre del nuevo grupo de jazz que le fascinó a Andrea.

jueves, octubre 07, 2010

"5 Minutes Of Heaven" - Official Trailer [HQ HD]

Tómame o déjame

Los años inevitablemente traen certezas. Si observamos las decisiones y actos que conforman nuestro ser social y político puede uno percibir una coherencia que permanece y se afirma con el pasaje del tiempo. Las decisiones se convierten en las certezas que evidencian nuestro ser. 

Existen en mis actos pruebas irrefutables de mi forma de ser humano y femenino. Nada podrá modificar esa esencia, ninguna persona, ninguna tragedia o alegría, ninguna relación exitosa o fracasada, ningún acto de amor u odio. Soy esto que soy: una mujer absolutamente libre. Cualquier acto que atente contra mi libertad de ser quien soy, que intente modificar parte de mi esencia me resulta absolutamente repugnante además de irrespetuoso.

Los años inevitablemente traen certezas. Estas certezas se reconcilian permanentemente con mi ser. Mi ser provoca pasiones u odios (a veces ambos), pero contra uno u otro poco puedo hacer sin violentar mi libertad y ya se sabe lo que pienso de la libertad...

martes, octubre 05, 2010

Queen - 'Don't Stop Me Now'

Balada del ausente, Juan C. Onetti

Entonces no me des un motivo por favor
No le des conciencia a la nostalgia,
La desesperación y el juego.
Pensarte y no verte
Sufrir en ti y no alzar mi grito
Rumiar a solas, gracias a ti, por mi culpa,
En lo único que puede ser
Enteramente pensado
Llamar sin voz porque Dios dispuso
Que si Él tiene compromisos
Si Dios mismo le impide contestar
Con dos dedos el saludo
Cotidiano, nocturno, inevitable
Es necesario aceptar la soledad,
Confortarse hermanado
Con el olor a perro, en esos días húmedos del sur,
En cualquier regreso
En cualquier hora cambiable del crepúsculo
Tu silencio
Y el paso indiferente de Dios que no ve ni saluda
Que no responde al sombrero enlutado golpeando
las rodillas
Que teme a Dios y se preocupa
Por lo que opine, condene, rezongue, imponga.
No me des conciencia, grito, necesidad ni orden.
Estoy desnudo y lejos, lo que me dejaron
Giro hacia el mundo y su secreto de musgo,
Hacia la claridad dolorosa del mundo,
Desnudo, sólo, desarmado
Bamboleo mi cuerpo enmagrecido
Tropiezo y avanzo
Me acerco tal vez a una frontera
A un odio inútil, a su creciente miseria
Y tampoco es consuelo
Esa dulce ilusión de paz y de combate
Porque la lejanía
No es ya, se disuelve en la espera
Graciosa, incomprensible, de ayudarme
A vivir y esperar.
Ningún otro país y para siempre.
Mi pie izquierdo en la barra de bronce
Fundido con ella.
El mozo que comprende, ayuda a esperar, cree
lo que ignora.
Se aceptan todas las apuestas:
Eternidad, infierno, aventura, estupidez
Pero soy mayor
Ya ni siquiera creo,
En romper espejos
En la noche
Y lamerme la sangre de los dedos
Como si la hubiera traído desde allí
Como si la salobre mentira se espesara
Como si la sangre, pequeño dolor filoso,
Me aproximara a lo que resta vivo, blando y ágil.
Muerto por la distancia y el tiempo
Y yo la, lo pierdo, doy mi vida,
A cambio de vejeces y ambiciones ajenas
Cada día más antiguas, suciamente deseosas y extrañas.
Volver y no lo haré, dejar y no puedo.
Apoyar el zapato en el barrote de bronce
Y esperar sin prisa su vejez, su ajenidad, su diminuto
no ser.
La paz y después, dichosamente, en seguida, nada.
Ahí estaré. El tiempo no tocará mi pelo, no inventará
arrugas, no me inflará las mejillas
Ahí estaré esperando una cita imposible, un encuentro
que no se cumplirá.

viernes, octubre 01, 2010

Sobre asuntos olvidados

"El olvido está lleno de memoria", dice Mario Benedetti y yo estoy muy de acuerdo con eso. No existe el olvido, solamente la intención de que lo que fue no hubiera sido. Aunque sea posible olvidar años enteros de la propia existencia,  el enorme y oscuro vacio que sustituye los recuerdos se constituye en sí mismo en una evidencia de la conciencia del olvido y, por lo tanto, hace al pasado omnipresente, indestructible, inolvidable.