El caos y la histeria me definen. Diría que son mi esencia misma. Rompo, persistentemente, las reglas morales que me impongo para crear un poco de orden y termino generando un desconcierto que me devuelve, nuevamente, a mi estado natural caótico e histérico. Como son reglas morales ni siquiera culpa me generan y ante la ausencia de culpables, no hay nadie a quien condenar.
viernes, septiembre 09, 2011
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