Quiero abandonar los tacones e ir a trabajar con unas pantuflas confortablemente cómodas, calientes y al ras del piso...No. Mentira. Aunque me muera con 180 años me cremarán con unos hermosos stilettos rojos.
Soy lo que puedo ser en este segundo, esto es, dejo de serlo cada vez que pulso una tecla. De algo estoy segura, me duele vivir y sin embargo, amo la vida...
1 comentario:
Pues a mi las zapatillas de conejo me molan
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