jueves, mayo 20, 2010

El banquete del amor, Platón

Hecha esta división, cada mitad hacia esfuerzos para encontrar la otra mitad de que había sido separada; y cuando se encontraban ambas, se abrazaban y se unían, llevadas del deseo de entrar en su antigua unidad, con un ardor tal, que abrazadas perecían de hambre e inacción, no queriendo hacer nada la una sin la otra. Cuando la una de las dos mitades perecía, la que sobrevivía buscaba otra, a la que se unía de nuevo, ya fuese la mitad de una mujer entera, lo que ahora llamamos una mujer, ya fuese una mitad de hombre; y de esta manera la raza iba extinguiéndose. Júpiter, movido a compasión, imagina otro expediente: pone delante los órganos de la generación, por que antes estaban detrás, y se concebía y se derramaba el semen, no el uno en el otro, sino en tierra como las cigarras. Júpiter puso los órganos en la parte anterior y de esta manera la concepción se hace mediante la unión del varón y la hembra. entonces, si se verificaba la unión del hombre y la mujer, el fruto de la misma eran los hijos; y si el varón se unía al varón, la saciedad los separaba bien pronto y los restituía a sus trabajos y demás cuidados de la vida. De aquí procede el amor que tenemos naturalmente los unos a los otros; el nos recuerda nuestra naturaleza primitiva y hace esfuerzos para reunir las dos mitades y para restablecernos en nuestra antigua perfección. Cada uno de nosotros no es más que una mitad de hombre, que ha sido separada de su todo, como se divide una hoja en dos. Estas mitades buscan siempre sus mitades.

2 comentarios:

hitlodeo dijo...

Esto explica la homosexualidad como mero instrumento de saciar la necesidad de placer, y la heterosexualidad como el estado natural de las cosas, la uníon perfecta para volver a formar el ser único que fue dividido en hombre y mujer.
No sé si te lo admitirían en los círculos políticamente correctos de ahora.
A mi me gusta el párrafo.
Un beso

Sol dijo...

Es cuestión de interpretación, Hit (de como leemos de acuerdo a como somos). El ser andrógino de Platón nace hombre y mujer (todo en uno), si se parte de eso, los conceptos de homosexualidad y heterosexualidad caen por su propio peso.
Yo creo en el amor sin etiquetas y los círculos políticamente correctos, en general son peligrosos, porque se olvidan del derecho fumdamental del ser humano: el ser libre!