Cuando finalmente volví al mundo real, quería abrazarlo nuevamente, escuchar su voz pausada de hombre sabio de vida, mirarle a los ojos y decirle lo mucho que lo extraño.
Recordé que tenía una película muy recomendada por varios amigos "Death at a Funeral", que a pesar de su nombre es una comedia.
Comencé a mirarla, sin expectativas (como ocurre cada vez que me siento mal), pero a medida que pasaban las escenas, el humor británico logró desconectarme de la tristeza, hacerme reir y sentirme mejor. Ya no hay tanta tristeza en mi ahora, ya no está el temor al dolor de existir. Me siento bien y eso siempre es bueno.
!Gracias Claudia, Joel y Noel por la recomendación!
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