miércoles, abril 28, 2010

Pensamientos de una vagina imperfecta


Llego a casa tarde luego de un día complejo, con varios esfuerzos y pocos resultados. El conectarme a internet es casi como un reflejo, casi el mismo que me hace tomar a Saba en mis brazos y acariciarle el lomo para sentirle el ronroneo. El espacio cibernético no devuelve mis caricias, tampoco las agradece, pero algunos regalos-testigo recibo los domingos y algún premio inesperado me hace inmensamente feliz. Si debiera definirme con una sola palabra, ésa sería pereza. Hay personas que están en constante movimiento, buscando su lugar en el mundo, compitiendo, produciendo. Mi lugar en el mundo es estar acostada bajo una palmera escuchando el mar, leyendo un libro y recibiendo caricias. No necesariamente en ese orden riguroso. Pero por eso no pagan y todo tiene precio, por todo hay que pagar algo. Intento imaginarme viviendo sin obligaciones, sin horarios, sin pruebas, sin compromisos y ni siquiera puedo concebirlo. Soy una anarquista con alma de comunista y necesidades burguesas. ¡Mis pies se ven lindos con tacos altos y qué bien huelen los perfumes franceses! Habiendo sucumbido a mis necesidades no básicas, sólo me queda intentar ser rebelde como ejercicio mental. Cierro los ojos e intento pensar en una mejor forma de existencia. Me imagino siendo vaca (la culpa es de Henrique Fialho por escribir  estopero fallorca tiene razón, las vacas están locas porque todos los días les acarician las mamas y ven al toro una vez al año. 

lunes, abril 26, 2010

Sentidos

Hubo un tiempo en el que mi casa olía a inciensos y llamas de velas derretidas. Ahora, cuando llego a casa, siento   olores a ronroneo que reclaman muchas horas de abandono. Ambos olores se sienten como abrazos que contienen. A veces también me abrazan olores del hermoso varón de hermosos ojos (en mi ropa y en mi piel), pero no son los olores de mi hogar, otros olores son que contienen otras substancias de mi ser.

jueves, abril 22, 2010

Canas al tiempo

Hace varios días ya vi por primera vez dos profundas arrugas en mi frente. No estoy afirmando que aparecieron de repente, aunque fue la sensación que tuve, probablemente estaban ahí desde hace años, cavando fosas para enterrar en forma definitiva mi juventud. Nadie prestó mayor atención cuando lo comenté, pero lo entiendo: todos tenemos un muerto que llorar. Ayer, mientras acomodaba mis rulos motosos, una rebelde cana hermosa y blanca me hacía una irrespetuosa reverencia desde el reflejo del espejo. La arranqué para observar mejor esa prueba irrefutable del pasaje del tiempo. Opté por guardarla en el libro de pintores que me regaló la familia Fournier, justo donde hace más de siete años guardé la rosa que me envió el hombre de hermosos ojos.

Insistir en el Poema, Henrique Fialho

"Me limito a vivir las horas como si por ellas estuviera siendo vivido, sirviéndome del pasado para las historias con las que he de recordar haber existido". Todo el texto aquí Insistir no Poema

miércoles, abril 21, 2010

martes, abril 20, 2010

Comfortably Numb - Pink Floyd - The Wall

Yerba mala siempre muere


Están por todos lados, se reproducen como la hierba inútil. Gente bien jodida, bastardos de amor, belleza y vida propia se convierten en los verdugos del resto. Son aves carroñeras que se alimentan de cuerpo sin vida porque vida no tienen. ¡Obsérvalos: se regocijan con la sangre del otro, se alimentan del dolor ajeno, sacian su sed en lágrimas saladas de muertes, traiciones y penas! Nunca tuvieron erección u orgasmo, jamás podrán tener hijos y si los tienen, joderán sus miserables vidas porque nadie puede mamar de la podredumbre sin oler a carne descompuesta. Enfermarán y deberán lamer sus propias heridas. Morirán y nadie los recordará.

jueves, abril 15, 2010

Dedicado a Noel porque la lectura cura todos los males...

...con el deseo que algún día deje de fumar.
Copiado de A trama

martes, abril 13, 2010

Homicidio

Algún día asesinaré al maldito insomnio.

lunes, abril 12, 2010

Ambersunshower, Henrique Fialho

"¿De dónde trae el viento todo este polvo? No quiero saber. Ya preparé la mochila, en breve seguiré por ahí en la búsqueda de un rumbo para las astillas esparcidas por el suelo. Me estoy yendo. Hay algo en el aire que el viento trae, me estoy yendo. Todas las evidencias enterradas, un pasado entero arrojado a la berma de la carretera, me estoy yendo, una osamenta ganando músculos, floreciendo, los nervios creciendo en el cuerpo como una flor en la tierra, semillas de piel reventando sobre la carne viva, des-nacer sólo puede ser esto, estar yéndose, y yo lluevo dentro de mí para que algo nuevo nazca, estoy fecundando las tierras de mi cuerpo para que algo en él brote, algo que pueda cultivarse sin los cuidados exigidos de las huertas labradas, algo salvaje, un silbido cargado de moras, un silbido excesivo donde alguien un día buceará cada uno de sus anhelos para de allí salir con el cuerpo clavado de espinos, estoy flexionando los párpados, retorciendo los ojos para mejor observar lo que adentro me está impidiendo de estar en sintonía con lo que está fuera, me estoy yendo."

La traducción completa de este texto de Henrique Fialho, un joven escritor portugués, me parece un sacrilegio (por más que odie esa palabra). Espero que entiendan el original y todo el texto completo aquí: Ambersunshower

No land for old men

"Yo he visto muchas cosas malas, ya no hay nada que me haga llorar. Mis lágrimas no se ven, van por dentro." Son las palabras de Josehp Furaha, sobreviviente del genocidio de Ruanda.
La foto de Joseph muestra un hombre joven de ojos tristes. Esa misma tristeza en el mirar se repite en miles de ruandeses. Lo constaté personalmente hace dos años. Lo primero que me llamó la atención fue lo joven que era la población. Es natural que así sea porque vivo en un país de gente mayor, se ven canas teñidas de nostalgia por doquier. Uno de mis acompañantes nos contó con detalles el genocidio de Ruanda, las voces en la radio convocando a "cortar los árboles altos" (matar a los tutsis), las muertes a machetazos, los cráneos de niños reventados contra el piso y la pared.

Un genocidio que pudo haber sido evitado. Un millón de negros muertos, bajo la indiferencia escandalosamente pública de Estados Unidos e Inglaterra (y Europa). En dos oportunidades entorpecieron el accionar de las tropas de paz de Naciones Unidas con el pretexto de que no habían pruebas objetivas que verificaran las agresiones. Ojalá hubieran usado la misma dialéctica en la invasión de Irak. ¡Qué farsantes!
Un millón de negros muertos y pudo haberse evitado.

No hay viejos en Ruanda. Murieron hace 16 años en un espantoso genocidio que el mundo dejó que sucediera porque estaba más preocupado mirando su propio ombligo. En Ruanda los jóvenes tienen ojos tristes, muy tristes. Ojos de sobrevivientes de una terrible matanza.


domingo, abril 11, 2010

El paisito



Uruguay es un país peculiar. Tiene nombre de un río y se dice que el vocablo viene del guaraní. Según Juan Zorrilla de San Martí es el "río de los pájaros pintados" y quién soy yo para contradecir al poeta de la patria.
Es un país sin sobresaltos, incluso en su geografía. Con 500 kilómetros a lo largo y ancho llegamos a sus bordes.

Nunca me he apegado a un lugar en particular. Tengo una facilidad de adaptación que roza la inconsciencia. No me causa pánico, como a muchos compatriotas, vivir en cualquier país. Si no considero esa ocasión en el centro de África cuando un grupo de negros armados detuvo el vehículo en el que iba para verificar nuestras intenciones, no me he sentido étrangère en otro país que no fuera el mío. Nada nuevo hay bajo el sol. Los lugares y la gente son esencialmente iguales, los mismos deseos, las mismas debilidades, el mismo amor y odio consumen las mismas mentes. Buenos y malos hay en todos lados.

Sin embargo, viene creciendo en mí una sensación de bienestar de vivir aquí que le está ganando la pulseada a mi curiosidad por el mundo. Es muy probable que esté asociado a la belleza y soledad de campos y playas uruguayas. Aún en febrero, puede uno caminar en la mañana sin ser interrumpido siquiera por la presencia de otra persona. A veces habrá que compartir el paseo con alguna gaviota, pero no somos muy exigentes.

jueves, abril 08, 2010

Particularidades

Particularmente en este momento me siento feliz. Nada extraordinario ha pasado. Tan sólo he regresado un poco antes a casa y, de pronto, me vi disfrutando un delicioso jazz y pensando en preparar la cena. Algo calentito que me acobije más aún...

Deseos...

Es jueves. ¡Ojalá fuera viernes!

miércoles, abril 07, 2010

Alguien escribió esto sobre el otoño...


Desde que los últimos calores del estío dejaban de ser rigurosos al sol empañado, comenzaba el otoño antes de que llegase, en una leve tristeza prolijamente indefinida, que parecía un deseo de no sonreír del cielo. Era un azul unas veces más claro, otras más verde, de la propia ausencia de substancia del color alto; era una especie de olvido en las nubes, púrpuras indiferentes y difuminadas; era, no ya un torpor, sino un tedio, en toda la soledad quieta por donde las nubes pasan. La entrada del verdadero otoño era después anunciada por un frío dentro del no-frío del aire, por un difuminarse de los colores que todavía no se habían difuminado, por algo de penumbra y de alejamiento en lo que había sido el tono de los paisajes y el aspecto disperso de las cosas. No iba todavía a morir, pero todo, como en una sonrisa que todavía faltaba, se transformaba en añoranza para la vida. Venía, por fin, el otoño verdadero: el aire se tornaba frío de viento; sonaban las hojas con un tono seco, aunque no fuesen hojas secas; toda la tierra tomaba el color y la forma impalpable de un pantano indeterminado. Se decoloraba lo que había sido sonrisa última, en un cansancio de párpados, en una indiferencia de gestos. Y así todo cuanto siente, o suponemos que siente, apretaba, íntima, al pecho su propia despedida. Un son de remolino en un atrio fluctuaba a través de nuestra conciencia de otra cosa cualquiera. Agradaba convalecer para sentir verdaderamente la vida. Pero las primeras lluvias del invierno, llegadas también en el otoño ya riguroso, lavaban estas tintas como sin respeto. Vientos altos, rechinando en las cosas paradas, desordenando cosas presas, /arrastrando/ cosas móviles, erguían, entre los clamores irregulares de la lluvia, palabras ausentes de protesta anónima, sones tristes y casi rabiosos de desesperación sin alma. Y por fin el otoño menguaba, a frío y ceniciento. Era un otoño de invierno el que venia ahora, un polvo vuelto del todo barro, pero, al mismo tiempo, algo de lo que el frío del invierno trae de bueno: verano riguroso terminado, primavera por llegar, otoño definiéndose en invierno, en fin. Y en el aire alto, por donde los tonos empañados ya no recordaban ni calor ni tristeza, todo era propicio a la noche y a la meditación indefinida.

martes, abril 06, 2010

A mi madre

La semana de turismo vino mi madre. Estuvimos juntas siete días, las 24 horas de cada día. Hablamos. Habló más ella que yo. Yo no soy particularmente habladora, especialmente por las mañanas o luego de almorzar. Escuchamos tango y ella cantó algunos. Desde que nací es la primera vez que estoy sola con mi madre. Antes estaban mis hermanas y mi padre. Siempre estaban juntos mis padres, inseparables. Estuvieron juntos por 40 años. La semana pasó. Mi madre ya no está conmigo y me queda esa sensación de cosas que no hicimos juntas, de te quieros que no se dijeron lo suficiente.

LOS VIEJOS SE VAN (Evaristo Carriego)
¿No te da tristeza? Bueno,
a mí no sé qué me da...
¡Se van los viejos! Los pobres
poquito a poco se van.
Y se van tan despacito
que ni lo sienten; ¿será
el consuelo de saber
que se habrán de ir en paz?
¡Ah, todo es inútil: nada .
los detendrá! ¿ Pasarán
este otoño, o el invierno
otra vez los hallará
contándonos por las noches
cosas de la mocedad?
Y cuando no estén, ¿durante
cuánto tiempo aún se oirá
su voz querida en la casa
desierta?
¿Cómo serán
en el recuerdo las caras
que ya no veremos más?
¡Que ya no veremos!...¿Nunca
se te ha ocurrido pensar
en el silencio que dejan
aquellos que se nos van?
Y en nosotros mismos, piensas
alguna vez, ¿es verdad?
En nosotros, que también
nos tendremos que callar.
Cuando nos llegue la hora
como a los viejos, ¿habrá
para nosotros la dulce
confortación familiar
que tanto alivia? ¿ Qué labio
piadoso nos besará?
¿Nos sentiremos muy solos?
¿Y nos iremos en paz?

 

domingo, abril 04, 2010

Sexo tres

El todo es tan relativo como la nada.

viernes, abril 02, 2010

Sintiendo

Esta sensación provocada por la anticipación de la sensación misma. El salivar dulce que resbala por la garganta. El corazón que palpita en la boca, en las sienes y en el sexo. Por perderme en sus ojos, cierro los míos.