Avanza la noche, como el cansancio pesa en mis párpados. Miro por la ventana, la misma que me ha acompañado en mis noches insomnes, pero esta vez necesito estar despierta. No hay nadie en la calle. Las hojas de los plátanos se mecen suavemente en la brisa casi veraniega. Una bolsa blanca cruza la calle San José y como si vida propia tuviese, se detiene justo cuando el semáforo se vuelve rojo vivo. El taxi le da paso y como bolsa que es, en un pequeño desliz de viento, continúa su deambular zigzagueante, efímero y sin rumbo por la calle Convención...Ya no la veo, no conoceré su destino final, si es que alguno tiene.
Avanza la noche, mis párpados están cansados. Todo duerme...
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